Este 20 de mayo de 2022, un día después del triunfo presidencial del líder progresista Gustavo Petro, la casa de cambio en Antioquia, Euroservicios, colocó el precio de venta del dólar en 5.000 pesos, la asociación nacional de cambistas Asoprocambios rechazó esta conducta especulativa al afirmar: “Una sola oficina no nos puede generar estas reacciones que afectan a todos. Estamos quedando como unas águilas de paso, abusando de los clientes y así no funcionamos», si bien este intento de crear alarma y desatar un ciclo especulativo en el precio del dólar no logró mantenerse, la expectativa desatada y el clima de nervios ha logrado colocar la divisa hasta finales de junio en 4.200 pesos, después de haberse mantenido en el techo de los 3.900 pesos durante la campaña.
Este intento de generar pánico e impacto en la tasa de cambio fue liderado por la revista Semana; revista que además registró de
manera sensacionalista la caída en bolsa de las acciones de Ecopetrol.
Podemos apreciar que hemos estado durante estos días posteriores a la elección presidencial ante un intento de crear el denominado “efecto manada”, el cual es un fenómeno propio de los mercados, consistente en generación de crisis de nervios en los consumidores, ahorristas einversionistas como producto de la manipulación de un centro político o económico así no existan premisas macroeconómicas que justifiquen la alarma.
Su interés estáen función de la acumulación especulativa o golpe político a la gobernabilidad o legitimidad de algún gobernante.
El efecto manada tiene hoy un mayor impacto que en décadas pasadas, pues la existencia de las redes sociales permite crear matrices comunicacionales de manera acelerada. Así lo pudimos ver en el contexto de la Revolución Bolivariana en Venezuela, donde a pesar de existir un volumen alto de reservas y una liquidez monetaria que señalaba la existencia de un tipo de cambio bajo. Sin embargo, el ataque especulativo al bolívar a partir de matrices de pánico, logró derrumbar el papel de resguardo de valor y medio de pago estable de esta moneda.
Las agresiones a la Revolución Bolivariana en el terreno económico por parte de la burguesía financiera nacional e internacional fueron definidas por la dirigencia Chavista como guerra económica. Este concepto fue ridiculizado en los grandes medios de comunicación y centros académicos liberales, aduciendo la imposibilidad de poderes exógenos para incidir en el curso de una economía hasta colocarla en situación de profunda crisis. Muchos, incluyendo a diversas izquierdas Latino Americanas vieron en este concepto de guerra económica una excusa para encubrir los propios errores e incapacidades del proceso revolucionario venezolano.
Sin embargo, este tipo de dispositivos que contaminan el ciclo económico con ataques políticos, está explicado en la llamada economía del comportamiento, esta área del conocimiento ha ganado una gran relevancia en las últimas décadas. Ha entrado en escena desafiando la hegemonía económica neoclásica, la cual afirma que los agentes económicos actúan de forma racional en busca del máximo beneficio, por el contrario, los estudios desde la economía del comportamiento han demostrado que nuestros juicios están influenciados o condicionados por factores cognitivos, emocionales y narrativas sociales que afectan las decisiones económicas de los individuos, la mayoría de las veces sin tenerlo consciente. El comportamiento humano se escapa de los presupuestos del mercado. (Schiller,2015)
De manera inesperada en el año 2017, El economista estadounidense Richard Thaler obtuvo el Premio Nobel de Economía por su investigación sobre las consecuencias de los mecanismos psicológicos y sociales en las decisiones de los consumidores y los inversores. Thaler establece una relación entre psicología y economía, y muestra que las decisiones financieras –ya sea la simple compra en un supermercado o una multimillonaria inversión– no son siempre racionales, y sí profundamente humanas. (Thaler,2015)
Traemos estos elementos para acompañar la reflexión sobre el proceso de transición económica que supondrá el gobierno de Gustavo Petro en Colombia y la capacidad de los centros de poder del capital para desestabilizar la gobernabilidad progresista. Es claro que en estos meses previos a la toma de posesión del próximo 7 de agosto de 2022, este intento ha sido conjurado por el inmenso volumen de convergencias que ha ganado el proyecto progresista. La llegada del partido liberal, de la U y la fracción conservadora, no solo da mayorías en el congreso para la ejecución de la agenda legislativa, sino que además conjura la estrategia de desestabilización desde la crisis de confianza que ya se veía iniciando; papel igual han jugado las llamadas directas del presidente de los Estados Unidos Joe Biden a Gustavo Petro como presidente electo, así como el encuentro entre el presidente electo y su acérrimo rival político Álvaro Uribe.
Pero expliquemos porqué y bajo que mecanismo, una estrategia de guerra económica o sicológica puede generar el impacto en la desestabilización de las variables macroeconómicas centrales como son la estabilidad monetaria y la inflación.
Hasta antes de la década del 70, cualquier juego de desestabilización o derrumbe del tipo de cambio no generaba un impacto directo en la inflación, a partir de la década de los 80 se configura en las economías principalmente del tercer mundo el “efecto transferencia”, conocido como passdown, significando literalmente transmitir o transferir. Como fenómeno económico consiste que ante un evento de devaluación de la moneda, en este caso el peso, una proporción mayoritaria de esta devaluación se transfiere a los precios generando inflación.
Pero ¿por qué es un fenómeno posterior a la década del 70 y se consolida en nuestras décadas recientes?
La explicación está en que el cambio del régimen de acumulación hacia el neoliberalismo, desestructuró los tejidos productivos industriales y agro alimentarios. Se generó en el caso particular de Colombia, así como en los países latino americanos un porcentaje de agregación mayor al producto interno bruto de los sectores de comercial, servicios y extractivita en desmedro del aporte de los sectores industrial y agro alimentario, en el caso de este último sector el impacto ha sido catastrófico. (Tabla N° 1)
Tabla N° 1. Partiicpación del agro como % del PIB total en Colombia.
AÑO | % |
1970 | 25,69 |
1980 | 19,91 |
1990 | 16,75 |
2000 | 8,95 |
2010 | 7,10 |
2020 | 6,11 |
Fuente: Banco Mundial
Este decrecimiento de la producción nacional supone el incremento de las importaciones, los rubros agro alimentarios que perviven en la producción nacional quedan impactados por la dependencia de los insumos de semillas, fertilizantes y agro tóxicos, los cuales son mayoritariamente también importados ante igual declive del agregado del PIB industrial al PIB total.
Así queda lista la ecuación del efecto transferencia, pues ante el ataque intencionado a la estabilidad del tipo de cambio viene la devaluación, basta una presión de un centro de poder económico intentando comprar un alto volumen de dólares para que el mercado cambiario reaccione al alza, algunos no querrán vender ante la expectativa de mayor aumento en el precio de la moneda, termina generándose una devaluación inducida, la cual impacta la inflación al alza dado que los productos importados se pagan ahora con un dólar mucho más caro. Las medidas posibles del gobierno ante este fenómeno se tornarán inocuas, de nada servirá castigar el consumo para bajar la inflación desde la elevación de las tasas de interés, pues el problema es de oferta, no de baja demanda, igual podrá reducir las reservas internacionales tratando de ofrecer dólares para calmar la sed especulativa, solo verá reducir sus reservas creando más vulnerabilidad macroeconómica y aumentando la devaluación-inflación. La única opción es transformar el patrón productivo recuperando la capacidad productiva nacional, principalmente en lo alimentario, mientras genera certezas que anulen el pánico inducido por los factores de poder.
El clima político de alianzas con que asumirá el presidente Gustavo Petro desde el “Acuerdo Nacional” han calmado los nervios por ahora, sin embargo, esta arma letal de la burguesía permanece desenvainada y lista para ser utilizada contra el gobierno progresista si este se sale de las líneas validadas por ellos.
Pero si lo político es positivo, la economía que recibirá el presidente Petro presenta un tono claro oscuro. La economía colombiana está en un momento de crecimiento económico después de la drástica caída en el marco de la pandemia y las erráticas políticas del gobierno de Iván Duque.(Gráfico N° 1)

Fuente: Dane, 2022
El gráfico número 1 muestra un crecimiento del 10,9% después de la caída de -7 en el año 2020, es el claro efecto revote de la economía, la cual al caer tan profundamente presenta en la comparación interanual un saldo elevado, luego como es de esperarse se comenzará a presentar más reducida, para el primer trimestre de este 2022 se ubicó el crecimiento en 8,5 % y previéndose para el cierre del año un crecimiento del 6 o 7%.
Esto es algo positivo para la gestión económica del gobierno progresista y para el país, máxime si tenemos en cuenta que el PIB nos indica que las variables de consumo de los hogares y la inversión (Formación bruta de capitales) se vienen incrementando. Esto ligado a un mayor gato púbico por la política fiscal expansionista del gobierno entrante, generará un crecimiento espectacular para el año 2023. (Tabla N° 2)
Tabla N° 2. Variables del PIB en crecimiento desde el año 2020
2018 | 2019 | 2020 | 2021 | 2022 | |
Gasto de consumo final de los hogares. | 3,2 | 4 | -5 | 15,4 | 12,2 |
Gasto de consumo final del gobierno general | 7,2 | 5,4 | -0,7 | 10,4 | 8,6 |
Formación bruta de capital | 2 | 2,6 | -20,7 | 14 | 19,7 |
Exportaciones | 0,6 | 3,3 | -22,6 | 16 | 16,8 |
Importaciones | 5,7 | 7,7 | -20,2 | 30,5 | 38,9 |
Producto interno bruto | 2,5 | 3,2 | -7 | 10,9 | 8,5 |
Fuente: Dane,2022
En el contexto de estos datos positivos, el nuevo gobierno enfrenta los dos indicadores directos más problemáticos para la estabilidad macro económica y la legitimidad del nuevo gobierno, estos son la inflación y la devaluación. (Tabla N° 3)
Tabla N° 3 . Variación interanual de la inflación
AÑO | % |
2011 | 3,02 |
2012 | 3,44 |
2013 | 2,00 |
2014 | 2,93 |
2015 | 4,41 |
2016 | 8,20 |
2017 | 4,37 |
2018 | 3,16 |
2019 | 3,31 |
2020 | 2,85 |
2021 | 3,30 |
2022 | 9,07 |
Fuente: Dane, 2022
La variación de la inflación comparada con el año 2021 se ha ubicado en 9,07% y en lo corrido del año lleva un acumulado de 6,55 amenazando con un cierre de año en más de dos dígitos. Es un salto muy alto si tenemos en cuenta que en 2021 fue de 3,3 %y en 2020 de 2,85 %, pero aquí también hay mucho de efecto revote, una inflación baja en 2020 y 2021 como producto de la caída en la demanda nacional por el bajo consumo y una alta inflación en momentos que la economía incrementa la demanda.
La situación tendería a estabilizarse si no existiera una variable interviniente que está afectando los precios como es el conflicto en Ucrania, evento que ha distorsionado las cadenas de suministro y debilitado la oferta de insumos, particularmente agrícolas. Aquí hay una oportunidad de oro para el gobierno progresista en su estrategia de reestablecer la relación con Venezuela, pues ambas economías pueden crear estrategias conjuntas en la cadena de insumos agrícolas que generen un alto impacto en los precios, esto por la potencia de Venezuela desde su industria petroquímica y de Colombia como mercado, aquí la empresa Monómeros, robada por el gobierno de Iván Duque a Venezuela será fundamental.
Fuera de los indicadores analizados anteriormente, el gobierno progresista tiene un reto gigantesco en abatir otro indicador directo como es la pobreza monetaria, la cual a diferencia de la pobreza multidimensional o por necesidades básicas insatisfechas, genera un impacto de potencial explosión social y afectación de la legitimidad del gobierno. (Tabla N° 4)
Tabla N° 4. Porcentaje de familias en pobreza monetaria
AÑO | % |
2012 | 40,8 |
2013 | 38,3 |
2014 | 36,3 |
2015 | 36,1 |
2016 | 36,2 |
2017 | 35,2 |
2018 | 34,7 |
2019 | 35,7 |
2020 | 42,5 |
2021 | 39,3 |
Fuente: Dane, 2022
Es alarmante este registro de datos presentado en la tabla N° 4, el cual significa que en 2020 el 45,5% de los hogares no generaba en promedio de sus miembros 331.688 pesos al mes para garantizar su consumo vital. El director del Dane ha definido la pobreza monetaria como “Es cuando una persona reside en un hogar, pero no le llega los recursos suficientes para garantizar la alimentación básica de 2.100 calorías al día para cada uno de sus miembros, además de los gastos básicos como una vivienda, servicios públicos y el vestuario”, (Oviedo,2022). Para el año 2021 la pobreza monetaria se redujo a 39,3 % de familias, pero aun es un volumen demasiado alto. Este indicador configura malestar social latente, no permite ser abordado en perspectiva de mediano plazo, exige para el gobierno progresista medidas inmediatas.
Un indicador final que queremos comentar como un reto del gobierno progresista es el desempleo, el cual en su registro nacional es extravagantemente alto, pero en lo urbano es superior. (Tabla N° 5)
Tabla N° 5. Variación interanual del desempleo Nacional y Urbano.
% Nacional | % Urbano | N° Desempleados | |
2011 | 10,8 | 11,4 | 2.477.000 |
2012 | 10,4 | 11,2 | 2.429.000 |
2013 | 9,6 | 10,6 | 2.189.000 |
2014 | 9,1 | 9,9 | 2.020.000 |
2015 | 8,9 | 9,8 | 2.101.000 |
2016 | 9,2 | 10 | 2.084.000 |
2017 | 9,4 | 10,6 | 2.254.000 |
2018 | 9,7 | 10,8 | 2.310.000 |
2019 | 10,5 | 11,2 | 2.566.000 |
2020 | 15,9 | 18,2 | 4.653.000 |
2021 | 13,7 | 15,3 | 3.597.000 |
may-22 | 10,6 | 11,0 | 2.663.000 |
Fuente: Dane, 2022
El desempleo en Colombia se presenta constantemente alto en las últimas décadas, un comparativo desde el 2011 nos muestra que no ha existido una variación hacia signos positivos, por el contrario, se han vivido deterioros como el presentado en 2020 cuando ascendió a 15,9% y en 2013 se ubica en 13,7%, para este mayor de 2022 ha sido del 10,6% en el total nacional y de 11 % en lo urbano, lo cual equivale a 2.663.000 colombianos que buscan empleo y no encuentran, un drama social bastante alarmante.
Pero el problema central no es ni siquiera esta situación que pareciera coyuntural, sino la condición estructural de comportamiento del desempleo, dado de que la variación en el crecimiento del PIB no supone su abatimiento. (Tabla N° 6)
Tabla N° 6. Comparación variación anual del PIB y el Desempleo
Variación PIB % | DESEMPLEO % | |
2002 | 2,5 | 15,5 |
2003 | 3,9 | 14 |
2004 | 5,3 | 13,6 |
2005 | 4,7 | 11,8 |
2006 | 6,8 | 12 |
2007 | 6,8 | 11,2 |
2008 | 3,3 | 11,3 |
2009 | 1,2 | 12 |
2010 | 4,3 | 11,8 |
2011 | 7,4 | 10,8 |
2012 | 3,9 | 10,4 |
2013 | 4,6 | 9,6 |
2014 | 4,7 | 9,1 |
2015 | 3 | 8,9 |
2016 | 2 | 9,2 |
2017 | 1,8 | 9,4 |
2018 | 2,5 | 9,7 |
2019 | 3,2 | 10,5 |
2020 | -7 | 15,9 |
2021 | 10,9 | 13,7 |
may-22 | 8,5 | 10,6 |
Fuente: Dane, 2022
El crecimiento del PIB no significa un impacto directo en la generación de empleo. Tasas de crecimiento del 4,3% en el 2010 superior al 1,2% del 2009, apenas redujo la tasa de desempleo en un dígito. Pasó igual en el 2011, un crecimiento del 7,4% apenas redujo en 1 punto el desempleo. Este comportamiento se debe a la poca agregación de empleos que generan los sectores que lideran el crecimiento del PIB.
La condición de economía de servicios y minero exportadora no es acompañada de la activación de sectores industriales y agro alimentarios de gran intensividad de capital, tecnología y generación de empleo.
La tarea de transformar la matriz productiva está en el horizonte programático del gobierno progresista de Gustavo Petro, pero esto es una tarea del mediano plazo que estará ligada a la conservación de la gobernabilidad a partir del aislamiento de las facciones fascistas y potencialmente desestabilizadoras desde las estrategias de guerra económica a falta de correlación para acometer un golpe militar directo. También será definitivo en la transformación de la matriz productiva la concreción de la reforma estructural fiscal y de la política de tierras y agro alimentos represada en la reforma agraria bloqueada en los gobiernos de Santos y Duque. Sobre estos dos elementos, lo agro alimentario y fiscal, trabajaremos en la próxima entrega de “Prospectiva Económica”.Ω
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